Matilde Pérez, una artista chilena, marcó su vida con valentía. Fue pionera del arte cinético en Chile, abriendo nuevos caminos en el arte del siglo XX. Como mujer, desafió las normas de su tiempo para explorar la pintura.

Nació en Santiago en 1916, aunque algunos dicen que en 1920. Se movió entre pintura, muralismo, escultura e instalaciones, explorando diversas formas de expresión artística.

Fue precursora del arte cinético en América Latina, enfrentándose a un medio poco receptivo. Durante mucho tiempo, nadie entendía ni se interesaba por su trabajo. Siempre buscaba lo no repetitivo, combinando diferentes materiales y técnicas para lograr un arte que "mueva el ojo".

Estudió en la Academia de Bellas Artes y se unió a la "generación del cuarenta" como pintora figurativa. Posteriormente, exploró el muralismo y se sumó al Grupo de los Cinco, luego al Grupo Rectángulo, centrado en la abstracción geométrica.

En 1960, obtuvo una beca para París, donde su encuentro con artistas cinéticos como Víctor Vasarely la marcó. Su regreso a Chile la convenció de que su arte iba más allá de lo representativo. Sus investigaciones cinéticas y su manejo del color la llevaron a ocupar un lugar destacado en las artes visuales del siglo XX.

Adelantada a su tiempo, Matilde Pérez experimentó con ilusiones ópticas y movimientos reales, incorporando electricidad a sus obras a partir de 1970. Su legado abarca pinturas, collages y esculturas, creando ambientes perceptivos que comprometen activamente al espectador.